¡No queremos ser estudiantes! ¡Somos maleantes!
Éste panfleto surgió a finales de los noventa, útil para momentos (todos) en que nos preguntamos ¿por qué?, ¿para qué?, (estudiar/trabajar/vivir/etcétera). Para quién "estudia" o quién no quiera hacerlo y tampoco crecer, éste texto "no-debemos" leer!
_________________________________________________________________________________
Prólogo
Esto es un panfleto. No es un
libro, ni un libreto, ni un cuaderno, ni un cuadernillo, es un panfleto. No
pretende, ni de lejos, ser objetivo, ni crear consenso. Sus pretensiones son
mucho más altas, pues no entendemos por qué hemos de ser modestos cuando
podemos aspirar a lo máximo. ¿Qué es lo máximo? No queremos tener límites. No
sabemos si los tenemos o no, pero precisamente esa no es nuestra cuestión, no
DESEAMOS tener límites, queremos desbordarnos. Nos importamos nosotrxs. Nos
preocupamos de los obstáculos y de los enemigos en la medida en que nos impiden
hacer lo que deseamos u obtener lo que necesitamos. Si no estorban, no existen.
Y si estorban, deben dejar de existir. Ya nos hemos preocupado durante bastante
tiempo por reflexionar sobre el enemigo, el Sistema, el Capital, y tal y cual.
Creemos que ya es hora de que nos preocupemos por nosotrxs. ¿Qué nos gusta?
¿Qué no nos gusta? ¿Qué queremos? ¿Qué no queremos? ¿Cuáles son nuestros deseos
reales?
A eso vamos. Eses es nuestro
objetivo, y estamos en disposición de ir por ello, y por todo lo demás.
Se dan las condiciones para que
lo que ya exista en esencia, salga a la luz y exista realmente.
Como decían algunxs estudiantes
de la prehistoria del movimiento estudiantil allá por los 60, lxs estudiantes
son una clase en sí misma. No somos asalariadxs, aunque estemos destinadxs a
serlo la mayoría; ni somos dirigentxs como estamos destinadxs a ser los pocos.
No estamos en ningún lado, estamos todavía en transición, en proceso. No queremos
decir que estemos a salvo de la mierda del Sistema, pero sí decimos que se dan
las condiciones materiales, reales, para revolucionarse, revolverse contra
aquello que no queremos y por aquello que queremos.
No tenemos posesiones, nada es
nuestro. No tenemos casa propia, ni coche, ni familia, ni hijxs a nuestro
cargo, por lo que no se nos puede engañar con eso de que somos de clase
acomodada, pues no tenemos nada que conservar. Nos falta todo todavía por
tener. Lo tenemos todo por delante. Es el primer punto del que hay que tomar
conciencia: no tenemos nada que perder. Si hacemos una huelga, no nos van a
echar del trabajo, ni vamos a dejar de cobrar un sueldo, ni tan siquiera
tenemos que perder unas estúpidas “conquistas sociales” con las que lograron engañar
a nuestros padres. Si hacemos huelga, no sólo no vamos a perder nada, sino que
vamos a ganar muchas cosas, vamos a recuperar un día de aburrimiento para
nuestro beneficio, y lo vamos a convertir en un día de vida real, vida intensa
en la que vamos a hacer en cada momento lo que nos plazca y no lo que nos
corresponda en nuestro papel de estudiante. Disfrutando del placer del momento
subversivo.
Que no nos tomen el pelo, lo
único que se puede perder de verdad es el miedo. Miedo que ya no es tanto a las
posibles represalias de las distintas autoridades -profesorxs, consejo, padres,
madres…, ni tampoco es sobretodo el miedo al castigo social por no actuar según
lo que se espera de ti acorde con tu rol. Es miedo a unx mismx, miedo a no
saber qué hacer cuando nadie nos dirige y nos dicta. Miedo a no saber hacia dónde
ir cuando nadie nos marca el camino, miedo a no saber qué paso dar en cada
momento. Miedo a vivir sin amos. Miedo a la incertidumbre.
Vamos a contar un secreto al
oído: nosotrxs también tenemos miedo! Es más, creemos que buena parte de
nuestra fuerza se basa en ese miedo. No queremos tener las cosas muy claras, no
queremos tener un camino marcado ni una luz al final del túnel a la que
dirigirnos sonámbulamente. Queremos construir nuestra vida a cada momento, y
afrontar el miedo, por lo tanto, de vivir sin amos. Tenemos miedo, es verdad, y
nos corroe la incertidumbre, pero esa incertidumbre también hace que nos pique
el gusanillo y que nos hierva la sangre. ¿No te atrae la idea de experimentar
una vida nueva y abandonar esta existencia mediocre? Pues experimenta, haz lo
que sea, hagamos lo que sea, no lo sabremos hasta que no lo intentemos, y aun
así, nunca lo sabremos, pues a cada momento estaríamos descubriendo cosas
nuevas. No necesitamos más cosas. Queremos movernos. ¿A dónde?. No lo sabemos.
ALLÍ, por ejemplo, sabemos que no queremos estar aquí. Cualquier cosa menos
esto, estamos cansadxs, este mundo nos aburre, no satisface nuestras
necesidades y deseos, no nos place, no nos divierte. Sólo nos divierte joderlo.
Pero queremos más, queremos una vida mejor.
Que no nos engañen, tampoco, con
nuestro porvenir. Ni somos el futuro ni tenemos un gran futuro por delante. No
nos da la gana aceptar el futuro, tener un futuro es escribirse una muerte,
escribir la novela de tu vida antes de vivirla: sólo haces lo que YA está
escrito, y no construyes tu vida a cada momento. Y no aceptamos el futuro
además porque YA no aceptamos el presente miserable que hay ni aceptamos el
futuro de mierda que nos tienen preparado. ¡Esta vida es una miseria!
Somos conscientes, pese a todo,
de nuestra situación en el mundo. Somos conscientes de que estamos aquí para
ser futurxs trabajadorxs, sabemos que tenemos un papel que cumplir en este
mundo, el de estudiante, el de persona que aprende a tragar la mierda de
Realidad, el de persona que se afana en aprender la ideología que insuflan lxs
intelectuales del Sistema a través de la cultura, personas que aprenden a reducir
su cuerpo y su mente a unos espacios y unos horarios rígidos para llegar al
mundo del trabajo con el cuerpo y la mente ya reducidos. Somos conscientes de
que somos Estudiantes.
Pero somos conscientes de que
queremos dejar de serlo. No queremos acostumbrarnos a unos horarios y espacios,
no queremos tragar mierda, no queremos aprender su ideología, ni ninguna
ideología. No más intelectuales, no más cultura, no más arte. Nosotros también queremos
dejar de ser estudiantes. Pero no queremos dejar de ser estudiantes para ser
Trabajadorxs u otra cosa. No queremos desprendernos de un papel para coger
otro. No queremos tener ningún papel, no queremos ser nada, queremos ser lo que
nos dé la gana en cada momento. En cada momento. Lxs estudiantes debemos de
empezar a dejar de aferrarnos a ideologías y pensamientos creados, cosas YA
hechas a las que nos agarramos por ese miedo a vivir sin amos, a construir cada
uno su vida en cada momento.
Es la hora de liarse la manta a
la cabeza, abandonar todas las creencias e ilusiones que nos garantizan la
seguridad de vivir en este mundo. La seguridad en esta sociedad no son más que
unas vallas que nos protegen de… ¿de qué? ¿te has detenido a pensar alguna vez
de qué nos protege la Seguridad que nos ofrecen? ¿De qué debemos tener miedo?
Las seguridades nos protegen de nosotrxs mismxs, es a nosotrxs a lxs que las
vallas no dejan salir, y no a lxs demás a lxs que no deja entrar. Nos impiden
desbordarnos de lo que está permitido. Son nuestra propia policía que nos
vigila en nuestro arresto domiciliario. Te pudres en ti mismx, te adormilas y
te aburres, con la seguridad de que vas a seguir viviendo, es decir, tu corazón
va a seguir latiendo. ¿Y lxs demás? ¿Y los sueños? ¿Y los deseos? ¿Y las
emociones? ¿La pasión?
Todo eso está ahí, al otro lado
de la valla. Abandona las seguridades, lo único que hacen es atar, y lánzate a
la emocionante experiencia de vivir sin normas, sin amos, sin roles.
Experimentad.
Queremos vivir y experimentar YA,
no a medio ni largo plazo. La idea de la revolución como proceso está muy bien,
pero no podemos esperar. Necesitamos mejorar nuestro vivir, queremos una forma
más intensa de vida, y por eso queremos crear momentos para vivir intensamente.
Queremos insurrecciones, sublevaciones, revueltas, la tensión del conflicto
abierto. No nos vale tener simplemente el sueño de una revolución, preferimos
el sueño y la utopía de un momento en insurrección. La sublevación es una
reapropiación, una verdadera ruptura con la monotonía de la vida cotidiana, una
verdadera ruptura con las normas sociales, una verdadera ruptura con los roles
que a cada momento de la vida debemos adoptar. El momento en sublevación rompe
los horarios, el tiempo, que deja de ser una tiranía lineal, para pasar a ser
un desorden de momentos vividos intensamente. Sabemos que una insurrección no
va a cambiar el mundo, pero sí creemos que puede transformar nuestra vida.
Porque se trata de cambiar el
mundo, pero también se trata de transformar la vida. No estamos interesadxs en
ninguna revolución que no eleve nuestra calidad de vida. No nos interesa un
mundo, por muy libre y justo que sea, si la vida es igual de aburrida, tediosa,
monótona, racional y mediocre que la que hay ahora.
Abogamos por crear la revolución
que nunca triunfe.
No queremos triunfar. No queremos
perder el sueño y la utopía. No nos interesan las cosas que tienen un fin, ni
las cosas cuyo destino anticipado es morir. No queremos tener futuro, ya iremos
fabricando nuestra vida. No queremos definirnos ahora, ya nos irán definiendo
nuestros actos. No queremos tener todas las cosas claras, ya nos iremos
aclarando con la práctica.
No tenemos las cosas claras. Pero
OJO, eso no quiere decir que vayamos a permitir que vengan listillxs a
aclararnos a nosotrxs y a decirnos quienes somos y que queremos y qué no
queremos. No admitiremos vanguardias revolucionarias que vengan a encabezar
nuestra revuelta con sus ideologías. Y no vamos a permitir, tampoco, a los
líderes sindicales ni a los sindicatos en sí mismos. No nos vamos a dejar, te avisamos,
no vamos a permitir ningún intento de manipulación, ni vamos a dejar que
recuperéis nuestras luchas para el Sistema, llevándonos por los inofensivos
cauces de la democracia. ¡Abajo la democracia! ¡No más diálogo! Hay que dar la
pelea. Te lo advertimos, si intentas meter tus patrañas entre nosotrxs, vamos a
arremeter contra ustedes con toda nuestra ira. Mejor todavía, arremeteremos
contra ustedes aunque no intentes meter tus patrañas, sólo por lo que eres y lo
que haces, por tu función de bomberos del fuego de la revuelta. ¡Recuperadores
de mierda, estás en el punto de mira!
Todo está en el punto de mira. Nada
de este mundo es salvable. Lxs estudiantes nos cagamos en todo. Hemos empezado
a desengañarnos de las credulidades de la vida moderna, no creemos en la
seguridad del hogar lleno de sentimientos electrodomésticos, ni en las máquinas
que dan una felicidad patética, como la sonrisa del burro al morir. Los automóviles
no son más que el modelo del ideal burgués de felicidad. Quemémoslos, rompamos
los escaparates de la alienación y de la falsa vida.
Quemar automóviles, romper
escaparates. No es una consigna lo que te mandamos. Quemar, romper, son
nuestros sentimientos lo que te lanzamos. Lanzamos nuestra rabia, nuestra ira.
Nuestros deseos y nuestros sueños. Es lo que pensamos. Nosotros somos eso.
(In)surgimos en nuestro ambiente
como lava de volcán. Queremos irrumpir, no esperar a florecer como las plantas.
Queremos lucir el doble sin resignarnos a durar la mitad de tiempo. Somos
utópicxs, somos unxs ilusxs. ¡Ilusxs! ¡Has dejado de soñar! Te han hecho
mayores, eres tan adulxs como unx universitarix invadidx por el tedio con
veintipocos (o veintimuchos) años. Nosotrxs nunca hemos dejado de ser niñxs.
Aún somos salvajes y nos resistimos a que nos domestiquen.
Mordemos.
Somos utópicxs y salvajes.
Seguro que piensas que estamos
locxs, ¿verdad?
Este panfleto es un virus. Se
extiende y fluye por el mundo sin límites tejiendo redes de deseos subversivos.
Puedes formar parte de él. Es más, puedes ser él. Difúndelo, fotocópialo,
regálalo a tus seres queridxs. Crea sueños.
Salvajes
Madrid, diciembre de 1998.
___________________________________
Imagen: Dibujos viejos - Desierto tatacoa
Imagen: Dibujos viejos - Desierto tatacoa
No hay comentarios:
Publicar un comentario