Policía: Un Estudio Etnográfico Foto-Ensayo Sobre la Obediencia Armada - CrimethInc





Policía: Un Estudio Etnográfico Foto-Ensayo Sobre la Obediencia Armada


Hoy, cuando se cumplen los 55 años del golpe militar de 1964 que sumido a Brasil en dosdécadas de dictadura sangrienta, no tenemos nada que celebrar. Vemos sólo una mancha en la historia de la humanidad para nunca olvidar. Así como jamás olvidar las víctimas de ese régimen y todas las personas que murieron luchando contra el autoritarismo y las desigualdades del Capitalismo.

En ese mismo mes, día 14 de marzo de 2019, se completó un año del asesinato de MarielleFranco y de Anderson Gomes por la acción de ex policías milicianos a pedido de enemigos de la libertad y de la justicia social.

Como anarquistas, siempre intentamos dejar claro que el papel de la policía es imponer y reforzar los desequilibrios económicos entre las clases, manteniendo a los pobres bajo control el patriarcado y la supremacía blanca operando como barreras a la igualdad en el Capitalismo.

Alentamos a todas las personas a cuestionar la autoridad y la legitimidad de la policía, especialmente en un momento en el que Brasil es comandado por un presidente exmilitar que elogia a dictadores de dentro y fuera del país. Su gobierno está dispuesto a hacer más fácil la vida de los policías que matan en servicio, sinningún castigo para los agentes o reparación para las familias de los miles de inocentes asesinados todos los años en manos de las autoridades y en las cárceles.














* Fotos tomadas en los Estados Unidos, Canadá, Alemania, Suecia, República Checa, España, Grecia, Rusia, Ucrania, Turquía, Hong Kong, Tailandia, Venezuela, Brasil y otros lugares. La violencia policial no es un caso aislado, una aberración local o la característica de un determinado tipo de régimen, sino un elemento fundamental para una sociedad basada en los derechos de propiedad privada y en la autoridad centralizada del Estado.

La policía es el brazo institucional más visible en sistemas políticos opresores, ya sean democráticos, socialistas o fascistas. En Brasil, todavía vivimos en uno de los peores escenarios con una policía militar que actúa en las calles como un ejército que ve a su población como un enemigo a ser neutralizado. Este tipo de institución sólo es común en el mundo y en la historia bajo los regímenes más autoritarios y dictatoriales. La policía brasileña es una de las más letales que existen hasta que la ONU ya ha recomendado su fin.

Los hombres uniformados, caminando armados por los centros comerciales, o en vehículos con la sirena ligada, en las callejuelas y callejones de las periferias actúan como en un país ocupado por otro: están allí para recordarnos quién es el que manda. El origen de la policía no tiene relación con la seguridad de la población, sino con el mantenimiento del orden impuesto por las clases dominantes. El policía no te protege, él está allí para hacer valer la ley escrita por la élite en el control del Estado. Esto incluye monopolio del uso de la fuerza y la solución de conflictos.

Si alguien desafía esa ley, sufrirá las consecuencias de la bala, de la prisión y de la muerte-a menos, por supuesto, que usted forma parte de la élite, así como los que escriben leyes. El mayor papel de la policía es mantener las desigualdades de clase, raza, género y nacionalidad. Ellos van a asegurar que las personas pobres continúen en la pobreza, que las excluidas continúen en la exclusión, y que las injusticias conviven con la injusticia. 

¿Cómo lo hacen? La policía es quien cuida el trabajo sucio para aquellos que acumulan poder en sociedades como la nuestra. Usted no conoce al dueño del supermercado, pero si robar algo cuando tenga hambre y sin dinero, va a conocer a un policía que va a arrestar y agredir. Usted no va a conversar con el dueño de un inmueble si ya no puede pagar el alquiler o ocuparse de un edificio vacío, pero va a oír órdenes de los policías que van a expulsar para hacer la reincorporación de posesión. Tal vez nunca encuentre personalmente a los dueños de la empresa donde trabaja o al alcalde de su ciudad, pero estará cara a cara con la tropa de choque si desea organizar con otras personas una huelga o bloquear una avenida para exigir algo. Y si usted no tiene empleo ni casa, vive en las calles y come lo que encuentra en la basura, todo bien: la policía es el patrón de quien no tiene empleo, es el señorío de quien no tiene casa, y va a hacer lo posible para usted mantener en su lugar. Siendo así, la policía es el mayor enemigo de quien cuestiona el orden impuesta, de quien quiere cambios sociales, de quien quiere una vida sin las desigualdades creadas por el Capitalismo y el Estado. Al final, ellos son los primeros en aparecer para el conflicto cuando nos cansamos de apenas sufrir las miserias de ese sistema y partimos para la acción.

No necesitamos mercenarios armados, enseñados a obedecer sin cuestionar, con impunidad legal para agredir y matar defendiendo las desigualdades existentes en nuestra sociedad. Podemos trabajar juntos bajo principios de solidaridad y horizontalidad para atender las necesidades de nuestras comunidades, resolver conflictos y defendernos mutuamente de la violencia policial. No hay camino para la libertad que no sea a través de la libertad aquí y ahora. La única seguridad real que tenemos está en nuestros lazos sociales: si queremos garantizar nuestra seguridad, necesitamos redes de apoyo mutuo capaces de defenderse. Cada persona y comunidad actuando de acuerdo con su conciencia y responsabilidades colectivas, en lugar de la coerción inherente a los gobiernos. Necesitamos estructuras para tomar decisiones que promuevan autonomía y, finalmente, prácticas de autodefensa que puedan protegernos de aquellos que en el futuro quieran convertirse en nuestros líderes.



 

Muertx Errante

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